Las fotos de un post de Malena en Mc Raven´s Generation, me recordaron uno que alguna vez subiera al Refugio para Ángeles y Demonios, sobre mis veranos en Mar del Plata. Ahí va
Mi infancia fue decididamente esquizofrénica como la de muchos de mi generación.
Durante los casi 9 meses de clases, era una nena que habitaba una zona muy céntrica de la que en aquél tiempo se apuntaba como la 5ta ciudad del mundo. Libertad restringida por el peligro de la calle, libertad restringida por el colegio selecto y, por los temores de una madre que viajaba mucho.
Me veo en el uniforme azul, las manos enguantadas, las trenzas perdiéndose a los lados de la boina, las calles tapizadas por las pelusas de los plátanos… Podría haber sido un tiempo muy aburrido, pero por suerte existían los libros. Seguro que por eso me gustaban tanto los osos, invernaba en la cueva de mi imaginación con piratas, viajeros, cazadores, indios, chicas que siempre sufrían mucho, luchadores por la libertad….
Pero desde el día que terminaban las clases hasta el anterior a que comenzaran me iba al mar.
Eran casi 4 meses, de gloria.
Formábamos un grupo de 15 amigos inseparables de la mañana a la noche. Por algún sortilegio del calor, todas las restricciones de los tiempos formales se perdían. Los que éramos cautivos del fantasma del riesgo, nos encontrábamos de pronto con una independencia temeraria.
Las horas se nos iban en mil temas importantísimos, descubrir charcos en las rocas para molestar a los cangrejos con un palito, ir al atardecer a las playas del sur a ver cazar pulpos, abuchear a los que arponeaban tiburones; nadar de día o de noche, según el cuerpo lo pidiera. Bajábamos a las playas quitándonos la ropa mientras corríamos y nos zambullíamos como desesperados en las olas, que en esas latitudes siempre están frías.
¡Como nos gustaba esa sensación de hielo sobre la piel que ardía!. Éramos chicos entonces para darnos cuenta que íbamos poniendo las formas a nuestra sensualidad.
Una fascinación de primera hora era ir a la playa a ver que había dejado la marea. Teníamos un tesoro de pedazos de sogas marineras, tablones medio podridos, caracolas machucadas, alguna estrella de mar y por suerte que las rayas se echaban a perder… porque hubiéramos sido capaces de coleccionarlas.
Otras actividades fundamentales era recorrer los viejos palacios detectando los embrujados.
Competir para ver quien se trepaba más alto en los pinos del bosque, quien llegaba antes a la boletería del cine atropellando peatones en nuestra carrera. Bah, unos inadaptados.
Muchas tardes cuando el calor se volvía intolerable, nos reuníamos en el living de mi casa, tirados en el piso boca abajo, leyendo las revistas mexicanas. Teníamos pilones altos como montañas, de propiedad común. Cuando nos cansábamos de leerlas, nos sentábamos en la rambla, e iniciábamos el trueque, al rato había un gran alboroto de chicos negociando.
Con la pubertad nos volvimos surfistas, amantes del karting, y de las buenas formas…Todavía nos vemos de tanto en tanto. Unos gordos, otros comenzando a perder el pelo, todos con canas, unas solteras, la mayoría con varios divorcios a cuestas.
Sería imposible reconocer en estos adultos a aquellos chicos, de no ser por la mirada que con los aquellos recuerdos se vuelve niña.
7 comentarios:
Ah!!!! bellos recuerdos. algunos tristes, otros alegres, muchos más con destellos de añoranza pero recuerdos que se quedan para siempre en la memoria y en el corazón
Mil gracias por compartir parte de tus recuerdos que de paso nos hacen recordar alguno que otro olvidado en el baúl de los recuerdos.
T.Q.M.
Gracias por citarnos a los de la McRaven's Generation y por compartir tus recuerdos con nosotros. Me alegro de que estés de vuelta. Besos.
Muchas gracias PRINCIPEZCA y AMELCHE.
No las visito mucho, porque estoy trratandop de actualizar mis enlaces, me dan un trabajo...puff...
La magia de aquellos años que se fueron con la cadencia de las olas y nos dejaron tantos recuerdos imborrables. Abrazos.
:-) Preciosos recuerdos. Yo no iba a la playa, no habia dinero para vacaciones, pero recuerdo una placita cercana que aun subsiste rodeada de casas de pisos donde antes habia casitas de autoconstruccion. Ella fue el mundo en mi niñez.
Es que en esta ciudad es imposible no ser mágicos, mas aun siendo niños.
Precioso volver a leerte!
Besos con abrazos :)
Como es habitual en los Blogs, noto que son conocidos entre si. Por lo tanto les pido que dejen la puerta entreabierta para así deslizar un comentario. Simplemente quiero decirle a Umma que me encanto la "re-construcción" que trazo sobre el Verano-Mar del Plato-Ocio-Libertad y su articulación con Bs.As.-Deberes-Opresiones varias etc..
Si bien, no he podido disfrutar de tamañas vacaciones en el sentido cuántico (se desprende mucho "dinerillo" en esa familia) me encanto la forma en que realizas la evocación, y de la cual no puedo menos que catectizar añejas representaciones omnipresentes y que sirven de ladrillo al edificio de mi melancolía.
Te dejo un abrazo y saludo para todos.
p/d: Gracias por permitirme compartir vtro. tiemo.
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