Decía que era agua bautismal.
Por eso todas las noches me bañaba perfilando un rito en mis entradas y salientes. Restregaba mi piel hasta dejarla roja y ardiente.
En ese punto se mostraba complacido, declaraba que había sido liberada del pecado.
Pecado que yo sabía no había cometido, ni tenía entidad.
Pero lo dejaba hacer y en su fe, fingiéndole que cada noche era una mujer nueva, renacida de sus manos de alfarero.
4 comentarios:
¿El alfarero, calmaba tu sed de pecado, con los baños bautismales?
¿Te bañana con agua bendita?
muy buen texto, el baño expiatorio, como la noche misma, para moldear tallando la imagen de la pureza.....
No VIENTO, no con agua bendita.
Al agua la bendecía mi cuerpo ;)
O eso pensaría él.Jajaja
Gracias ANGEL.
El baño de la purificación, si
La mente tiene sus extraños laberintos
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