Para traerla de vuelta

Publicado por Umma1 abril 20, 2013





El año pasado, a Horacio, un docente jóven, de esos que honran la profesión, se le murió Norma Quispe Valda, alumna de 4to grado. Querría compartir con ustedes, esta reflexión suya acerca de los niños y la muerte, que por bella pedí permiso para subir al blog:



Para Traerla de vuelta 

 ¿Cómo explicarle a un niño la muerte? Si la supone tan lejana…

¿Cómo explicarle la muerte a una niña? Si tanta poesía derramada apenas alcanza para nombrarla, asumirla, comprenderla…

¿Cómo explicarle a un niño la muerte de otro niño? Si, frente a los que dicen saberlo, la muerte se anticipa a la lectura de los libros donde esos se esconden…

Y aún llegando a explicarla ¿cómo superamos la muerte de una niña?

En la escuela vemos un video con algunos dibujos de Normita, rescatados del cajón de los recuerdos. Sus compañeros, impávidos deudos, mudos miran con titilantes ojos de vidrio.


              Si pinchás sobre la imágen podrás ver los dibujos de Norma


 

¿Alguien quiere decir algo?

Silencio difícil de quebrar.

Mariana recuerda que el día en que su amiga partió, ella nada sabía pero se sintió rara, dolorida. Además su planta favorita, una planta carnívora, se murió también: algo se le cayó encima.

Oriana cuenta que se enteró a la vuelta de las vacaciones. Cuando llegó, Norma ya no estaba. Tampoco uno de sus tres pececitos, el preferido, el de la aletita mocha. Dice que fue difícil.

Una pérdida incomensurable condensa dos muertes cotidianas, como infantil metáfora natural. Quizás sea cierto que Norma, viéndola con buenos ojos de niña, era tan navegante herida como silenciosa cazadora de aleteos.

Nahuel dice que es incómodo hablar de esto, que se siente algo acá en el pecho. Así distraídamente, con sus once años, atina a señalar la angustia. Es la garra que estrecha el corazón y angosta el aire. Es el dolor de no tener palabras, lo innombrable del único misterio real.

Agrega que quisiera, cuando sea muy muy viejito, que alguien le ponga una almohada en la cabeza y listo. Las risas ayudan para que las lágrimas se deshagan de las pestañas tímidas.

Así, a su modo, van buceando las palabras para expresar el dolor de la ausencia. La necesidad de ubicar a la muerte en la vejez, de expulsarla de este presente insoportable, es devolverla a donde corresponde.

No habrá forma de entenderlo, pero sí hay maneras de conjurar la muerte por un rato: escribir, cantar, pintar. Ahora trayendo; ahora dejando ir. Como todavía podemos prestarnos los símbolos, les pedimos que echen mano, cuendo puedan y sientan necesidad, a las palabras que encuentren. Imágenes que decir, que ver, que hacer sonar.

Saliendo al recreo Kelly se acerca con su imborrable sonrisa y pregunta:
­

– Profe ¿no la podés traer de vuelta a la Norma?

No; lo cierto es que no. Aunque de alguna manera recién hicimos eso: regresarla con sus imágenes. Por eso también podés, Kelly: cuando te venga algún recuerdo o te nazcan unas palabras, traéla de vuelta.

Intentaremos entonces llenar la escuela nuevamente con sus colores, su alegría infinita, su cariño fraternal y que nos acompañe para siempre con el corazón de sonrisa pura, alejando a la angustia y sus garras."

9 comentarios:

**kadannek** dijo...

Debo consefar con algo de pudor que me he conmovido casi al punto de la lágrima. Vi tanto dolor y dulzura en las palabras del profesor, la inocente pregunta de Kelly, y los comentarios de sus compañeros.. Te dejan casi sin habla.

El año pasado fue uno bastante duro, en donde muchos seres queridos partieron. Siempre he investigado sobre la muerte y ahora más. Pero estudies cuanto estudies, la única certeza que encontrarás, es que la muerte es otra etapa de la vida, una transformación. Talvez es de lo más simple, pero como adultos nos complicamos al explicárselos a los niños, más que mal, estamos en una cultura que prácticamente no habla sobre esto, a penas te enseñan a vivir, entonces ¿cómo aprender a morir? una de las bases de la sabiduría budista consiste en aprender a morir, es lo que deberíamos hacer. Enfrentarla con aceptación, incluso con alegría, porque algo nuevo y quizás mejor se avecina. Seguramente hemos muerto muchas veces ya.

A un niño hay que contarle esto con honestidad pero con simpleza. No estoy de acuerdo con inventarle cuentos, pero decírselo con calma y suavidad. Que la pequeña Normita levantó el vuelo, su alma era tan grande que ya no cabía en su cuerpecito. Le tocó trascender antes que a nosotros. Y todo niño que muere en alas de la inocencia, inevitablemente, es ya un ángel.

Me gustaría saber más del profesor de Normita ¿tiene blog?
Bendiciones para su familia que debe estar pasando un momento muy duro aún.

Saludos y gracias por traer esto tan profundo hoy.

Leodegundia dijo...

¿Cómo explicarle a un niño lo que es la muerte? difícil, muy difícil, pero desgraciadamente se encontrarán con ella muchas veces, entre su familia y entre sus amigos.

amelche dijo...

¡Ufff! Es complicado el tema. Me recordó a una película que vi hace unos meses, aunque ahí era la profesora la que moría: Profesor Lazhar.

Un abrazo.

Umma1 dijo...

KADANNEK, querida, coincido con vos.
No sé si el profe tenga blog, pero le preguntaré, porque justamente acaba de publicar un libro, y le escribía respecto a ello. Le daré la dirección de tu blog para que se conozcan.
Un abrazo

Umma1 dijo...

LEOGUNDIA.

Ojalá que no, ojalá que nos loniños pocas veces topen con la muerte y, especialmente mueran siendo chicos.
Un abrazo

Umma1 dijo...

Hola AMELCHE.
Es que de la muerte nadie hablar.
Todavía está presente la magia simpática. Sólo pronunciarla podría atraerla hacia quien la menciona.
Esta carta me gustó, porque está escrita con tanta ternura..
Y el año pasado, seguí de cerca la historia de Normina, la nena que falleció de cerca.
El dia que supe de su suerte, me revelé contra todo, porque un niño no debería morir.

amelche dijo...

Sí, tienes razón, no es un tema del que se hable mucho. Y menos, con los niños. Sin embargo, hay muchos niños que están sufriendo la pérdida de un abuelo/a, algún pariente... incluso de su mascota y no entienden qué ha pasado, si se la puede traer de vuelta, como pregunta Kelly... Y, encima, nadie les habla del tema ni les deja expresar sus emociones al respecto.

Un abrazo.

**kadannek** dijo...

Gracias.
Estimada, ojalá se pase pronto por mi blog, dejé una invitación para unas personas y ud. Espero la acepte.

Saludos.

dispersa dijo...

que profundo y movilizante.
de la muerte no se habla es verdad yo con 4 años perdí a mi mamá y casi nadie la nombraba para como dice tu escrito traerla...
me encanto volver a leerte un beso disp