Foto:Bernard Descamps
Cuando se habla de amistad, siempre pienso en el ejemplo de mi viejo y de Abraham, que fueron lo que se dice inseparables.
Se conocieron sobre la adolescencia y mantuvieron el interés, la sorpresa del compartir, la solidaridad y el afecto siempre.
Estuvieron juntos en todas las situaciones, felices, tristes.
En mi casa me enseñaron que la amistad es un bien supremo, que está por encima, incluso, de otras formas del amor. Me lo inculcaron con la palabra y con el ejemplo.
Hoy recuerdo la protección mutua en ese grupo de amigos que se vieron a diario durante una vida. Eran de fierro. Claro que personas de otro tiempo, con ideales, con esperanzas en las que trabajaban sin desalientos. No como nosotros, sujetos débiles y postmodernos a quienes los ideales se nos acaban en la hoja del día del calendario, y la dignidad en la pelusa del bolsillo.
Mi viejo sufrió una retinopatía diabética que lo obligó a guardar cama varios meses en absoluta oscuridad.
Abraham, al que hacía muy poco tiempo habían operado de los riñones, cerraba el negocio por la noche e iba a acompañar al amigo.
En esos días, se efectuaba una importante reparación en el edificio en que yo vivía y estábamos sin ascensor.
Abraham subía los dos pisos por las escaleras, resoplando porque sus riñones todavía no estaban recuperados. Entraba al dormitorio de mi padre y se quedaba allí, sin luz, charlando.
Mi madre entraba y muchas veces los encontraba dormidos, cansados: mi padre de su prisión y Abraham de los esfuerzos de la jornada. Mi padre en su cama, Abraham en equilibrio en la silla.
Mamá le palmeaba el hombro con ternura y le decía
- Abraham, váyase a su casa.-
Es un detalle de los muchos que hicieron a la forma de vivir la amistad de esos hombres.
Ahora que lo pienso, había entre ellos cristianos, judíos, renegados de toda religión; italianos, españoles, rusos, franceses, peruanos, unos más ricos otros más pobres, algunos exitosos otros no. No existían fronteras de ningún tipo.
Mi viejo se murió en el 78, hace unos pocos años, iba conduciendo una mañana de sábado por una avenida muy céntrica, que misteriosamente estaba vacía de autos, cuando llego en la esquina del Congreso lo veo a Abraham esperando para cruzar. Hice una maniobra disparatada y me detuve a saludarlo.
Entonces, me dijo
- Todos los días desde que tu viejo se murió, lo he extrañado.-
Yo sé que sí.
Y que la amistad que los unía, no se perdió ni se perderá. Porque los ejemplos pasan de una generación a la otra, dándonos los parámetros por donde decidimos que la vida cobra dignidad.
Se conocieron sobre la adolescencia y mantuvieron el interés, la sorpresa del compartir, la solidaridad y el afecto siempre.
Estuvieron juntos en todas las situaciones, felices, tristes.
En mi casa me enseñaron que la amistad es un bien supremo, que está por encima, incluso, de otras formas del amor. Me lo inculcaron con la palabra y con el ejemplo.
Hoy recuerdo la protección mutua en ese grupo de amigos que se vieron a diario durante una vida. Eran de fierro. Claro que personas de otro tiempo, con ideales, con esperanzas en las que trabajaban sin desalientos. No como nosotros, sujetos débiles y postmodernos a quienes los ideales se nos acaban en la hoja del día del calendario, y la dignidad en la pelusa del bolsillo.
Mi viejo sufrió una retinopatía diabética que lo obligó a guardar cama varios meses en absoluta oscuridad.
Abraham, al que hacía muy poco tiempo habían operado de los riñones, cerraba el negocio por la noche e iba a acompañar al amigo.
En esos días, se efectuaba una importante reparación en el edificio en que yo vivía y estábamos sin ascensor.
Abraham subía los dos pisos por las escaleras, resoplando porque sus riñones todavía no estaban recuperados. Entraba al dormitorio de mi padre y se quedaba allí, sin luz, charlando.
Mi madre entraba y muchas veces los encontraba dormidos, cansados: mi padre de su prisión y Abraham de los esfuerzos de la jornada. Mi padre en su cama, Abraham en equilibrio en la silla.
Mamá le palmeaba el hombro con ternura y le decía
- Abraham, váyase a su casa.-
Es un detalle de los muchos que hicieron a la forma de vivir la amistad de esos hombres.
Ahora que lo pienso, había entre ellos cristianos, judíos, renegados de toda religión; italianos, españoles, rusos, franceses, peruanos, unos más ricos otros más pobres, algunos exitosos otros no. No existían fronteras de ningún tipo.
Mi viejo se murió en el 78, hace unos pocos años, iba conduciendo una mañana de sábado por una avenida muy céntrica, que misteriosamente estaba vacía de autos, cuando llego en la esquina del Congreso lo veo a Abraham esperando para cruzar. Hice una maniobra disparatada y me detuve a saludarlo.
Entonces, me dijo
- Todos los días desde que tu viejo se murió, lo he extrañado.-
Yo sé que sí.
Y que la amistad que los unía, no se perdió ni se perderá. Porque los ejemplos pasan de una generación a la otra, dándonos los parámetros por donde decidimos que la vida cobra dignidad.
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20 comentarios:
Una historia muy bonita. Qué suerte tener una amistad toda la vida, desde la juventud a la vejez.
Ésta vez me diste de pleno.
Esas amistades son de fierro puro, nada podia doblegarlos porque sabian de donde venian eran francos, no se vendian la pomada como decimos aca en la argentina, se brindaban desde el corazon,no se media por el exito que tenian, eso no importaba no era algo que pesara en la amistad y estaba el apoyo ahi cuando se necesitaba si estabas enfermo o para celebrar algo si lo habia.
Un abrazo Umma tkm
Luunna
Que historia de amistad tan bella!
Me has emocionado profundamente.
Eso es saber valorar un amigo siempre.
Dichosos ellos de lo bueno que tuvieron.
Besos conmovidos :)
Y sin esos ejemplos probablemente nos costaría más encontrarnos a nosotros mismos o saber, gracias a otros, qué podemos buscar, qué debemos querer, a qué podemos aspirar... y qué es lo que merece la pena en este mundo. Más allá de planicies y de "fast food", de todos esos sentimientos adulterados que nos vuelven como fantasmas. Nada.
Precioso post.
Un saludo,
Bellas letras y luminoso ejemplo de lo invencible de la amistad.
Un enorme abrzo!
Hola AMELCHE. Lamentablemente mi pad´re no llegó a la vejez. Pero vivió intensamente lo que la vida le permitió. Y fue un hombre feliz, que sabía valorar las cosas que valían la pena.
Vengo de tu blog, donde he estado leyendo sobre Felipe y esas cosas. (subiré en cuanto me haga falta a mirarlo un ratito). La cosa es que quería preguntarte, si las opsiciones serán para el próximo junio?
Un beso, cuidate mucho
Buenos días PONTO.
Gusto en verte, amigo.
Es que esta no es una historia inventada, sino un hilo del gran tapiz de la amistad que vivió ese grupo de hombres.
Lo mejor del caso, es que sus hijas e hijos, continuamos la amistad.
Si LUUNNA, respetaban lo que eran y al amigo que tenían.
Fueron hombres con garra.
Yo sé que sí me ha gustado como dejas en esta letras parte de tu propia vida. yo sé que sí...
PRINCESA; muchas gracias.
Es cierto IGNIS. Fast food...
Pero lo cierto, es que la elección es personal. Uno sabe que debe elegir y como quiere vivir.
Muy bueno tu Blog. Llegué a él, a través de Mawrur.
Un beso
ROMANNNN... Al fín, hombre, que alegría volver a leerte.
Ahora no tenés excusa, a ponerte a escribir el cuento de las manías...
Te recomiendo que vayas al blog de PONTO
http://mardeinvierno.blogspot.com
tiene allí una historia de un viaje, donde al final explica el porqué del juego.
Acá en Avalon, está mi participación.
Y si leés a AMELCHE, en las respuestas vas a dar con dos excelentes cuentos, de personas que también participaron. Alucard y Victoria. Están linkeados, así que es facil llegar.
Después paso a saludarte por tu blog,
Un abarazo enorme.
YATEL. Gracias.
Me encanta tu blog, es una pena que escribas tan espaciado.
Nuevamente muchas gracias por visitarme.
JESUS, en cada frase que escribimos, así sea sobre la vida de un personaje legendario, algo nuestro se va filtrando.
Pero esta historia estoy por completo.
Un beso
Te copio lo que acabo de contestarte en lo de los castillos de arena de mi blog:
Benidorm está a unos 45 min. de Elche por autopista, en dirección norte. Era un pueblecito de pescadores hasta los años 60, cuando comenzó el turismo en España y empezaron a venir los europeos del norte en busca de sol y playa. Desde entonces, Benidorm ha crecido mucho y se ha hecho famoso en Europa por ser un sitio barato, creo que es el pueblo de España con más hoteles o con más plazas hoteleras, algo así.
La verdad es que, hoy en día, parece Manhattan por los edificios gigantes de apartamentos que han construido. El edificio más alto de España está en Benidorm, es el del Hotel Bali.
Supongo que la palabra "Benidorm", como todos los nombres de pueblos que empiezan por "Beni" en esta zona, viene del árabe, de la época en que los árabes conquistaron este territorio y vivieron aquí varios siglos. Creo que "Beni" significaba "hijo", si no recuerdo mal. Y, supongo que no tendrá nada que ver con lo que significara originalmente en árabe, pero "dorm" significa en valenciano (la lengua oficial de mi región, junto con el español o castellano) "duerme". Por eso a mí lo de Benidorm siempre me ha parecido como un pueblo que duerme junto al mar.
Por cierto, Julio Iglesias empezó a hacerse famoso porque ganó el festival de la canción de Benidorm, que en aquellos años, era un certamen muy popular.
Respecto a los comentarios de aquí, ¡ja,ja,ja! Ya veo que Román no se escapa de escribir la historia. Después igual podríamos publicar un blog de manías con todas las historias, ¿no?
Las oposiciones se supone que serán en junio, pero aún no ha salido la convocatoria oficial. Anda la cosa revuelta porque va a cambiar la ley de educación, la están debatiendo en el parlamento (y creo que es la tercera ley educativa en los últimos 10 años o así y la segunda reforma en los últimos 3 años, cada vez que cambia el gobierno, cambia la ley educativa). Así que, no se sabe muy bien qué va a pasar con las oposiciones ni si los exámenes serán como hasta ahora o serán diferentes. Y, mientras, ¿qué estudiamos? Si ni siquiera nos dicen qué temas entran...
"Entender el sistema educativo" o algo así decía Román como propósito de año nuevo. En España eso sería casi misión imposible, porque, con tanto cambio, ¿existe aún el sistema educativo? Es que ya no sabemos ni lo que es.
Gracias AMELCHE:
Es una fortuna haberte descubierto.
Como te decía, a mí me impresionaba como ciudad encantanda, posiblemente por eso del sueño, que de alguna captaba, aunque no sabía.
Que bonito que hayas venido hasta acá a contármelo.(F)
La cuestión de la educación está tan complicada en todas partes.
No comprendo que nos está pasando. O será que prefiero no verlo.
Ok, podríamos hacer ese blog. Vos ya sos nuestra detective. Porque de verdad que fui rastreando en el blog de Ponto y no encontré ni uno.
No sé como hacés vos.
Será cosa de hablar con él, que fue el de la idea, con los autores y poner manos a la obra.
Y.. digo yo... un blog de juegos?
jajajajaja
Un abrazo AMELCHE y que te pongas bien cuanto antes.
La verdad es que últimamente, con los destrozos urbanísticos que han hecho para sacar mucho dinero de cada centímetro cuadrado junto al mar, Benidorm no tiene mucho encanto. (Que no me oiga mi amiga Cristina que es de allí.) Pero el nombre todavía evoca misterios. Por cierto, ahora que me acuerdo te voy a contar una leyenda de la zona de Benidorm. En la foto de los castillos de arena que has visto y comentado se ve al fondo una isla. Y falta un trozo de tamaño parecido en una montaña de los alrededores. Hay una leyenda que no recuerdo muy bien en que alguien (¿un gigante? ¿un árabe? esa es la parte que no recuerdo) vio a su mujer bañándose en el mar con otro y, de puros celos, arrancó el trozo de la montaña y se lo tiró a los bañistas, de ahí que se quedara la isla para siempre donde cayó la roca.
Me voy a dormir, que es ya casi la 1 am. Te regalo un castillo de arena con dragón y todo. Pero tendrás que recogerlo en mi blog. :-)
Voy ahora mismo.
Entonces, no me equivocaba...
Había fantasía en su sonido...
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