Una copa de vino, una manzana, el réquiem de Mozart chocando en las paredes... la gloria.
Una hora mía, en silencio, sin amontonar las palabras nutricias.
Fuera obligaciones.
La bendita noche, en mi impiedad solo falta la transverberación de Teresa…
Una hora mía, en silencio, sin amontonar las palabras nutricias.
Fuera obligaciones.
La bendita noche, en mi impiedad solo falta la transverberación de Teresa…
Imagen: Bilder
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