Hace algún tiempo, estámos con mi hijo, esperando que nos atendieran en una repartición oficial.
De pronto todas las miradas se concentraron en una araña que caminaba muy oronda entre los pies de los que esperábamos. No era una gran araña, pero tenía patas largas que la elevaban bastante del suelo, y un cuerpito en forma de lágrima negra, que la distinguía de las baldosas claras.
Ninguno se animó a pisarla, creo que por verguenza, pero ningún ojo se apartaba del caminito que tan diminuto bicho trazaba, hasta que subió por una puerta y se perdió.
De pronto todas las miradas se concentraron en una araña que caminaba muy oronda entre los pies de los que esperábamos. No era una gran araña, pero tenía patas largas que la elevaban bastante del suelo, y un cuerpito en forma de lágrima negra, que la distinguía de las baldosas claras.
Ninguno se animó a pisarla, creo que por verguenza, pero ningún ojo se apartaba del caminito que tan diminuto bicho trazaba, hasta que subió por una puerta y se perdió.
Tuve que regresar un par de horas más tarde. Entonces, ví que alguien la había aplastado.
Una mujer que seguía esperando a ser atendida, me observó y me dijo
- La mataron.
Intercambiamos una sonrisa triste.
Una sonrisa de derrota, creo.
Una mujer que seguía esperando a ser atendida, me observó y me dijo
- La mataron.
Intercambiamos una sonrisa triste.
Una sonrisa de derrota, creo.
Seguramente terminó con ella, alguien impune libre de miradas.
21 comentarios:
¡Pobre araña!
great writing
feliz de verte de nuevo
te estaba extrañando
besos mi querida
"Todos se miran, pero nadie se toca" (Sabina, cantante español).
El ser sociable y comunicarnos con los demás está fenomenal; pero que ese sentido del ridiculo no nos impida ser nosotros mismos en cada momento y en cada situación.
Todos la miraban y nadie se atrevió a pisrla. Son los respetos humanos.
Me recuerda un post que hice hace pocos dias. Este es el enlace:
http://cornelivs.blogspot.com/2008/08/pero-si-no-lleva-nada-puesto.html
UN CORDIAL SALUDO
Ve derdad, AMELCHE, pobre araña. No le hacía mal a nadie, simplemente era diferente a nuestra poderosa y "bella" humanidad.
Lo mismo digo MI DESPETAR:
Me da mucho gusto que nos visitemos nuevamente :)
Hola CORNELIVS.
Creo que lo veo justamente al revés.
La araña no molestaba, por otro lado es un bicho limpio, pero nos asusta porque es diferente.
Mientras había una mirada, nadie ejerció la crueldad de matarla. Había pudor en el acto sádico, innecesario, de pisotearla.
Pero, en cuanto la mirada se desvió, alguno abusó de su prepotencia física.
No quiero decir con esto que deba haber mirada censora,nada más lejos, sino respeto por uno mismo (liberándose de las pulsiones violentas y gratuitas) y por las demás formas de la vida.
Cuántas cosas se hacen o dejan de hacer por sentirnos observados... ojalá comprendiéramos que nuestra conciencia está el 100% del tiempo con nosotros, y que Dios también lo ve todo: lo malo, pero ¡también lo bueno!, solo que no sé por qué lo malo destaca.
Yo no mato arañas, salvo las loxóceles letae, o "araña de los rincones" que es altamente tóxica y letal. La pobre es tímida, fea, chica etc, pero es terrible y vive en las casas chilenas.
Bss
Todo depende de la situacion. Quienes somos realmente?
Todo va a depender de si estamos solos, creemos que estamos solos o creemos que alguien nos esta mirando!
Por eso cuando no existe mucha conciencia de cuales son nuestros sentires y deberes, la presencia de los demas con autoridad o sin ella sirve de atenuante a algunas de nuestras mas terribles inclinaciones.
Excelente escrito y estoy segura que nos sirve de metáfora para tantas cosas,amiga.
Ya dice el refran :"ojos que no ven ,corazón que no siente",pero yo nunca lo he creido...
Un fuerte abrazo.:-)
Alguien que se sintió libre de miradas y obró sin ningún temor a ser criticado...o simplemnte fué pisada sin querer.
No obstante esta historia me parece interesante porque tiene muchas lecturas aplicadas a conductas humanaas.
Saludos
Tampoco yo mato innecesariamente, ALEMAMA.
Esa es el tema, no hacer las cosas por considerarnos vigilados, sino porque nuestra forma de comprender la vida es freno para nuestras pulsiones.
Un beso
Verdad FERNANDO.
La mirada de los otros nos condiciona para bien o para mal.
ISABEL.
Amiga, no sabés que gusto me da tu regreso.
Tu blog es un lujo, un lugar donde una se siente tan bien, tan serena, tan metida en lo profundo.
Coincido en que es metáfora de muchas cosas.
Un fuerte abrazo
Bienvenido OTEABA AUER.
Me parece que la mataron por las palabeas de la persona que aún aguardaba a ser atendida.
Pero sí, ofrece un repertorio de conductas humanas.
Como dice una canción de Alejandro Sanz:
"Cuando nadie me ve, puedo ser o no ser."
Quien hizo eso aprovecho un descuido de todos. Aunque no se puede negar que a más de uno le hubiese resultado placentero aplastar esa lagrimita negra.
Muy bella la descripción que nos brindas.
"Repartición oficial"
Te dieron un cargo en el gobierno ;)
Saludos
¿Y qué culpa tuvo la araña de ser simplemente - o, tendría que decir, ni más ni menos - araña? ¿Y qué culpa tuvo de ser estilizada y elevarse por encima del suelo y tener cuerpecito de lágrima negra? ¿Y qué culpa tenemos nosotros, cada uno de nosotros, de ir abstraídos por la vida en nuestros pequeños problemas y no ser capaces de percibir que existen los otros con todo lo que son y lo que no son: sus condicionantes mentales y educacionales, étnicos, religiosos y demás, y que además de ellos hay otras cosas, y otras realidades y otras vidas distintas como la de esa pobre araña? En fin, que es terrible. Y es terrible también lo de la araña que nos relatas, pero seguro que sobreviviremos a ello. Siempre sobrevivimos a todo y casi siempre sin remordimientos, porque los remordimientos sólo pueden nacer de la conciencia de nuestros propios actos, y no es fácil ni suele ser habitual que esto ocurra; que ocurra – quiero decir – que seamos realmente conscientes de ellos y no actuemos porque algo debemos hacer en cada momento o por puro mimetismo, o por repetición, o por condicionamientos tales como los indicados pero estos propios: educacionales, étnicos, religiosos y demás.
Es curioso con qué facilidad hablamos de culpas y buscamos culpables pero siempre cuando nos referimos a los demás. Ahí empieza y ahí termina casi todo. Tenemos que ponerles nombres y apellidos a las desgracias, a las injusticias, a lo inconcebible y a lo inadmisible. Le ponemos nombre al que lo causa y etiquetamos las consecuencias del hecho causado, y eso es todo, ahí nos quedamos. Listas. Inventarios. Noticias. Y ¿qué otra cosa podríamos hacer? Seguramente nada más, pero al menos eso: cuanto menos señalar con el dedo y no disculpar nunca. No aceptar nada que no sea realmente aceptable ni siquiera como mal menor. No mirar nunca a otra parte. No ser inconscientes y acomodaticios ante nada, sabiendo como sabemos que ese nada nunca suele ser del todo gratuito y menos aún intranscendente aunque lo parezca.
¿Cuánto tiempo nos conmueve un acontecimiento terrible pero lejano? No mucho, seguro. En ocasiones el tiempo que los medios de comunicación y tan sólo por razones de estrategia de venta pretendan hacer uso de él y lo mantengan en primera página o en imágenes vivas. Hay tal cantidad de imágenes susceptibles de impactarnos que podríamos estar ensimismados y fuera de juego todos los minutos de nuestra vida. Pero si lo sabemos, ¿por qué jugamos a este juego inútil?... Seguro que para justificarnos. Si no nos reconocemos como verdugos, y nunca solemos reconocernos en tal papel, será que estamos en el lado de las victimas, y esto cuanto menos nos tranquiliza un poco.
Somos marionetas movidas por hilos, y nuestra conciencia, cuando somos capaces de dar con ella, que no es fácil e incluso aún menos agradable, se adapta a los acontecimientos para no estar ociosas nunca. Pero, ¿es suficiente? ¿No nos damos cuenta que usamos nuestra conciencia para incluso justificarnos? ¿No nos damos cuenta de qué mientras nuestra conciencia esté incomoda y removida por mil y cambiantes acontecimientos, a cual posiblemente peor, ya podremos justificarnos suficientemente de nuestra inadmisible falta de acción real?
Nos hemos acostumbrado a casi todo. Y ese acostumbrarse nos deja al ser humano en general a la altura del ser más irracional y menos humano pensable. Somos mera caricatura de lo que creemos ser. En el fondo siempre estamos dispuestos a hablar del bien y el mal retóricamente, y ahí empieza y termina casi todo.
Que pena esa pobre araña. Seguramente yo mismo la hubiera pisado incluso sin darle mayor importancia y creyendo, sin pensarlo siquiera, hacer un favor a mis iguales. No seria ni un simple accidente. Ni un acto pensado. Tal vez tan sólo un gesto reflejo. Pero, ¿reflejo de qué?
Y lo terrible de todo es que no sólo a actuamos o podríamos actuar así frente a la pobre araña, sino que seguramente haríamos lo mismo con respecto a “esas 3 chicas de 16 años y de 2 de sus madres, enterradas vivas en Pakistán, por haberse, unas, casado por amor, otras, por haber facilitado el hecho.” Si seguramente hubiéramos hecho lo mismos, y lo peor de todo es que lo estamos haciendo inconscientemente y todos los días en sus múltiples variantes por acción y por omisión, que es igual de malo.
Pero ¿qué hacer? Ni idea. Pero seguro que algo habría que hacer.
Ante el pavor que ocasiona en algunos integrantes de la casa la presencia de estos bichitos no me queda otra que...
Eso sí, cuando nadie me ve trato de sacarla al patio, me resulta espantoso el pisotón...al revés que tu historia,
por cierto,
muy buena!
ANA!
te dejo mi abrazo y
los mejores deseos para TÏ!!!
Adal
Por lo visto hay un rechazo atávico hacia las arañas muy presente en el incosciente colectivo.
Me gustó tu relato Umma, el modo de enfocarlo.
A veces he estado en una tesitura similar pero un pelín diferente: cuando me he topado con hormiguitas de esas inofensivas (¿quién tiene miedo o rechazo hacia las hormiguitas? -bueno, salvo en ciertas zonas donde las picaduras de insectos pueden ser un problema más grave)).
Sin embargo suele surgir -sobre todo de niños- un impulso irracional a pisarlas, por mero..¿divertimento?. Es como jugar al poder y ser dioses con un bichito que se mueve -puede fascinar- y después de todo ¿insignificante?.
Me pregunto, si existieran los dioses y vieran un diminuto ser humano insignificante...¿les daría también por pisarnos mientras pasaban por ahí...? Inquietante.
Inquietante, porque con poder, me pregunto con cuánta facilidad e impunidad se actuará así.
Hola !
Me ha encantado tu blog ...
Dejo un saludo que viene desde el sur de Brasil.
Sill
y si te dijera que la araña era yo?
Ana estaba por pasar a al otra entrada, vengo atrasada, pero aunque ya comentaron los amigos, te cuento la pequeña historia de "Rosita". Cuando falleció mi abuela, el abuelo no quería dejar la casa para vivir con mi padre. Él se había fracturado un brazo y no era conveniente que estuviera solo en una casa tan grande, decidí venir con mis pequeños a pasar un tiempo con el abuelo.
Cada día, a la hora del almuerzo, aparecía en el techo...no una patas largas...sino una señora araña, grande y negra...¡me espanté! mis niños la miraron con simpatía y el abuelo como si nada pasara.
Le dije que era peligrosa y podía picar a los nenes...sólo me dijo "Es Rosita, luego se va y vuelve mañana...pero es de la casa, ella vive acá"
Me hice a la idea de convivir con Rosita, que acudía a la cita y desaparecía y entendí que era parte de "sus cosas" y debía respetarla.
Mis niños llamaban Rosita a cualquier araña que vieran en cualquier sitio.
Nunca matamos una araña...yo no puedo.
Un abrazo!
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